Gracias al "mercadillo de las pulgas", que desde aquí le doy las gracias a las dos Anas, se vendieron un montón de Vírgenes y pude seguir produciendo, para seguir entreteniendome. La verdad es que el boca a boca funciona de muerte, y ahora, estoy más que entretenida.
Os dejo los últimos modelos que he hecho, con las telas que me traje esta Semana Santa de una tiendita maravillosa de un pueblo de los Alpes Franceses. Mientras todos se equipaban con chaquetas y pantalones de ski, para la temporada del año que viene, yo me adentraba en el maravilloso mundo de la puntilla. Casi convulsioné de la emoción, si no fuera porque la dependienta era.... bueno poco simpática, me habría dejado todas las ganancias en ella.
Espero que os gusten.
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